Hot! Cuba: Adventistas usan el béisbol como herramienta misionera

24 de febrero de 2013 – Silver Spring, Maryland, Estados Unidos…Mark A. Kellner, Editor de noticias, Revista Adventista

¿Qué estaría usted dispuesto a hacer para atraer a los jóvenes a la iglesia, en especial en una nación donde es difícil testificar públicamente? ¿Ha pensado en un juego de béisbol?

Esa es la experiencia reciente de los adventistas de Cuba, donde el béisbol ha sido por mucho tiempo un deporte popular. Cada vez más, una liga de béisbol está atrayendo nueva gente a la iglesia, dicen los líderes locales.

Los jugadores se descubren la cabeza para cantar el himno nacional, lo que es una tradición del béisbol.

El béisbol es un deporte muy estimado en Cuba: el país tiene su propia liga amateur, y el equipo nacional fue finalista de la competencia World Baseball Classic 2006, perdiendo la final ante Japón en un juego llevado a cabo en San Diego (California, Estados Unidos).

“El programa se inició en 2009 como una forma de ayudar a que los jóvenes adventistas disfruten del deporte sin perjudicar su testimonio cristiano”, dijo Dayami Rodríguez, directora de comunicaciones de la Unión Cubana. Rodríguez habló en noviembre de 2012 en una cumbre de comunicaciones llevada a cabo en Miami (Florida, Estados Unidos) por la División Interamericana, que incluye a Cuba.

La indumentaria no siempre combina, y los equipos enfrentan otros desafíos, pero los adventistas cubanos han descubierto que el béisbol es una excelente herramienta misionera. En efecto, la naturaleza pacífica de los juegos atrajo inclusive a un funcionario del gobierno local, que ofreció palabras de bienvenida.

Los juegos se llevan a cabo en un marco de respeto, y los jugadores oran antes de comenzar. Las peleas y malas palabras que suelen estar presentes en otras ligas están ausentes en las prácticas y competencias adventistas, dijo Rodríguez.

Jugadores y simpatizantes se aprestan para el juego.

La atmósfera pacífica atrajo a no adventistas que también quisieron participar. Los líderes lo aceptaron, pero con condiciones: los jugadores deben demostrar buena conducta, sus palabras y actitudes tienen que estar de acuerdo con las normas adventistas, y todos los jugadores asisten a estudios bíblicos matutinos y seminarios vespertinos.

Según Rodríguez, el sistema funcionó. Los espectadores –desde árbitros locales, beisbolistas profesionales, y público en general– quedan absortos al ver que los jugadores oran juntos antes de jugar, se toman de la mano, se abrazan y se saludan al terminar.

Algunos espectadores se acercaron a los equipos para saber más. Los jóvenes les aclararon que eran adventistas, e invitaron a los interesados a las reuniones vespertinas. El primer año, 28 personas se entregaron al Señor como resultado del proyecto. En agosto de 2012, cien personas se comprometieron con Cristo después de las competencias y reuniones misioneras en Palmarito (Holguín), en la región oriental de la isla.

Los equipos juegan al béisbol durante un juego adventista en Cuba. El deporte es usado como herramienta misionera.

Rodríguez dijo: “Cada noche, el pueblito se paralizaba por lo que sucedía en la humilde iglesia adventista en lo alto del valle. Todos corrían a escuchar al predicador, llevando sus propias sillas para encontrar un lugar en medio de tantas personas que atestaban las ventanas y puertas del templo. Después de la semana de reuniones de evangelización ‘Jesús el Conquistador eterno’, la iglesia se regocijó al recibir a muchos que decidieron echar su suerte con Cristo para siempre”.

Las autoridades locales –que en un principio se mostraron reacias a permitir que un grupo religioso usara sus instalaciones– finalmente cedieron, y los voluntarios acondicionaron el lugar de juego. En efecto, el primer secretario del Partido Comunista de la localidad asistió a la apertura y expresó palabras de bienvenida. El presidente de la Iglesia Adventista de Cuba y otros pastores se le unieron.

La Iglesia Adventista ha estado activa en Cuba desde 1905. En 2012, según las estadísticas de la iglesia mundial, el país contaba con casi 33.000 miembros bautizados que se reunían en 302 congregaciones.