Los adventistas, presentes en las tareas de rescate luego del derrumbe de una fábrica en Bangladés
Benjamin Raksham/BAUM/ANN
Los adventistas fueron unos de los primeros que respondieron al derrumbe de una fábrica en Savar (Bangladés), que captó la atención de los medios internacionales y motivó debates sobre las normas de construcción.
Diez jóvenes adventistas capacitados en respuesta a los terremotos y potenciales derrumbes fueron unos de los primeros en el lugar después del derrumbe del pasado miércoles 24 de abril, y ayudaron a sacar treinta víctimas, cuatro de las cuales aún estaban vivas.
Otro grupo de 125 jóvenees adventistas fueron al lugar del desastre el sábado 27 de abril para ayudar a los equipos de rescate. El grupo ayudó a recuperar tres mujeres, así como varios cuerpos. También distribuyeron alimentos y agua entre los sobrevivientes.
El edificio comercial de ocho pisos es conocido como Plaza Rana y está ubicado a unos 45 kilómetros de Dhaka, la capital del país.
El edificio albergaba cinco fábricas de indumentaria, líneas de producción, bancos y cientos de tiendas. Se estima que al momento del derrumbe había unas 3 500 personas en el edificio, la mayoría de las cuales eran mujeres menores de 25 años que trabajaban en la fábrica. Hasta la fecha, se han recuperado unos cuatrocientos cuerpos y 2 444 heridos, pero aún hay cientos de desaparecidos.
ADRA Bangladés también respondió con prontitud al distribuir tanques de oxígeno, máscaras, linternas, martillos, palas y otras herramientas como ayuda preliminar. Según Serpa Santana Landerson, director de la organización en el país, ADRA Bangladés está planeando donar dinero en efectivo al Fondo Asistencial del Primer Ministro después de recibir la aprobación de su junta.
Durante una reunión vespertina de jóvenes adventistas el pasado 26 de abril, los jóvenes recolectaron espontáneamente 12.100 takas (unos 160 dólares) para las víctimas.
Los informes han confirmado que al menos un adventista, un muchachito llamado Bitu Baroi, que estaban trabajando en unas de las fábricas de indumentaria, aún está desaparecido. Su madre trabaja en Pollywog, una fábrica de artesanías patrocinada por la Iglesia Adventista y ubicada en el campus de la Unión Misión de Bangladés.
La zona del desastre se encuentra a unos veinte kilómetros de las oficinas de la unión.
La industria de prendas de vestir es una importante fuente de ingresos en Bangladés, y la mayor industria del país. Bangladés es el segundo más grande país exportador del mundo después de China. Hay más de cinco mil de estas fábricas en Bangladés, mayormente en las regiones de Dhaka y Chittagong. Y ese número solo representa a las fábricas registradas en la Asociación de Fabricantes y Exportadores de Prendas de Vestir de Bangladés. Hay otros cientos de fábricas que no están bajo ese organismo.
El país cuenta con unos seis millones de obreros empleados en forma directa por esta industria, y la mayoría son mujeres.