Adventistas se reunirán en Ginebra con la Organización Mundial de la Salud
La Iglesia Adventista ahora tiene más oportunidades que nunca de promover su mensaje de salud, un mensaje que hace que los adventistas sean el grupo más longevo alguna vez estudiado, dice el doctor Peter Landless.
Para este sudafricano de 63 años, la promoción de ese mensaje debería incluir un enfoque “equilibrado” y “bondadoso”, dice durante una entrevista en su oficina.
Este cardiólogo, exprofesor universitario y experimentado misionero, repasa su carrera, que en 1979 casi es abruptamente interrumpido después de un accidente con una mina terrestre durante su servicio como médico no combatiente del Ejército de Sudáfrica. Aún le quedan algunas cicatrices y daño a un dedo. Landless dice que ha sido “salvado para servir”.
Este mes, Landless asume como director de Ministerios de Salud de la Iglesia Adventista, como sucesor del doctor Allan Handysides, quien anunció su jubilación en abril. Este cargo incluye trazar la dirección de la promoción de salud de esta denominación protestante internacional y, cada vez más, con las agencias de salud pública y los gobiernos, por medio del creciente trabajo en colaboración de la iglesia con otras organizaciones. El departamento también supervisa y ofrece asesoramiento para el desarrollo y las operaciones de los hospitales y clínicas adventistas en el mundo.
El estilo de salud de la denominación —que incluye una dieta vegetariana, la abstención el alcohol y el tabaco, y el descanso sabático— ha sido documentado ampliamente en revistas y libros. Con los años, muchas organizaciones han adoptado los temas adventistas de salud como su capacitación oficial de salud.
Landless dice que la Iglesia Adventista ahora goza de una nueva apertura para promover públicamente su mensaje de salud y obtener mejores oportunidades de servir a más gobiernos. Aunque no nombra algunos de los países a los que se refiere, confiesa: “En ciertas partes del mundo se están abriendo oportunidades que resultan emocionantes”. Y añade: “Es un privilegio maravilloso y que me produce mucha humildad estar aquí en un momento como este”. Las razones para estar agradecido, dice, son muchas:
—El Estudio de Salud Adventista 2, llevado a cabo por la Universidad de Loma Linda, la principal escuela médica de la denominación, y financiado en parte por el Instituto Nacional de Salud, sigue obteniendo cada vez más publicidad. Sus hallazgos más recientes aparecieron en las principales agencias de noticias del mundo.
—El año próximo, la iglesia abrirá su sexta escuela de medicina, en esta ocasión en las Filipinas. La denominación inauguró hace poco otras dos escuelas de medicina en países de economías emergentes (Nigeria y Perú). Y en el horizonte se avizora una más para el continente africano.
—La próxima semana, el departamento de Ministerios de Salud y la Asociación Ministerial dará a conocer la iniciativa presidencial de un ministerio abarcador de salud durante el Concilio Anual, el encuentro de la Junta Directiva de la iglesia mundial en la sede central de la iglesia.
—El año próximo, la iglesia dará a conocer su versión más reciente de “Respirar con libertad”, que es una actualización del primer programa para dejar de fumar lanzado por la iglesia en la década de 1950. La versión actualizada fue escrita en colaboración con la Universidad de los Emiratos Árabes Unidos y la Universidad de Loma Linda.
—También el año próximo, la iglesia se reunirá una vez más en Ginebra con la Organización Mundial de la Salud, dando continuidad a una colaboración oficial que buscar ayudar a implementar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. En 2009, la Iglesia Adventista se convirtió en la primera denominación en colaborar con la OMS cuando esta agencia de la ONU comenzó a buscar asociaciones con entidades religiosas.
Landless dice que el mensaje de salud de la iglesia debería seguir siendo bíblico y basado en las evidencias, además de estar en sintonía con los escritos de Elena G. White, una de las fundadoras de la denominación, que falleció en 1915. Fue White la primera que instó a la iglesia a que asumiera la salud como parte de su práctica y ministerio pública.
“Necesitamos mantener en la vanguardia de la visión de la iglesia un mensaje bondadoso y equilibrado de salud, que revela el amor de Dios por un mundo quebrantado”, dice.
Landless cursó estudios de medicina en la Universidad de Witwatersrand, y fue editor de The Leech, la publicación de la institución. Entre 1976 y 1987, él y su esposa Ros trabajaron como misioneros cerca de Lesoto, un país rodeado por Sudáfrica.
En 1977, fue reclutado por el Servicio Nacional Sudafricano como no combatiente, y se rehusó a portar armas o trabajar en sábado, el día de reposo de los adventistas. Seis dáis a la semana estuvo a cargo de una clínica para los menos privilegiados de la región sudoccidental de Sudáfrica, cerca de lo que hoy es la frontera entre Angola y Namibia.
Un día lluvioso, que es perfecto para sufrir una emboscada, y mientras regresaba de visitar a un paciente infantil, el vehículo en el que viajaba se encontró con minas terrestres recién colocadas. Con Landless viajaba su conductor, un guardaespaldas y dos ingenieros. Fueron arrojados a unos treinta metros del vehículo. El conductor falleció once días después.
“Ser salvado de esta manera ha quedado en mi mente como una razón convincente para dedicarme al servicio”, dice Landless. “La gente a menudo dice: ‘¿Qué hace aquí un cardiólogo muy preparado, que podría estar ganando millones?’ Les digo que esto se debe a que fuimos salvados para servir, y hacer eso es el privilegio más grande de la vida”.
Landless dice que dará continuidad al llamado de Handysides en pro de un ministerio equilibrado de salud y de la colaboración con otras organizaciones, mediante las cuales los adventistas puedan esparcir aún más el mensaje de una vida sana.