En Iraq, líder de la Iglesia Adventista ora por nueva congregación
7 de febrero de 2016 | Erbil, Irak | Andrew McChesney, editor de noticias, Adventist Review
Ted N.C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, oró en el lugar donde se construye una nueva iglesia en Irak como parte de la visita que realizó el fin de semana para animar a los creyentes adventistas que viven a solo treinta kilómetros del territorio ocupado por el Estado Islámico.
Wilson, que estuvo acompañado por su esposa Nancy y un pequeño grupo de líderes de la iglesia, visitó la ciudad de Erbil, la floreciente capital de la región autónoma de Kurdistán, en Irak, donde abundaba la construcción de edificios hasta que cayó el precio del petróleo, y donde las opciones para comer incluyen populares cadenas estadounidenses tales como KFC y TGI Fridays.
Las fuerzas armadas de Kurdistán guardan con diligencia las fronteras de la región, repeliendo los avances militares y creando un refugio para cientos de miles de personas desplazadas por la violencia en otras regiones de Irak y Siria.
Wilson felicitó a las autoridades kurdas por preservar la libertad religiosa, e instó a la pequeña pero creciente congregación de la iglesia adventista de Erbil pidiéndole que se mantenga fiel.
“Cuando el camino se vuelve difícil, recuerden que Dios ha escrito en cada flor y brizna de hierba: ‘Dios es amor’”, dijo Wilson en su sermón sabático en la sala de conferencias del Hotel Real Ankawa.
Wilson destacó entonces que el arca de Noé descansó en las montañas al norte de Erbil, y agregó que Dios está instando hoy en día a las personas para que ingresen “al arca de seguridad”, así como lo hizo en los días de Noé.
“Dios nos está llamando para que entremos a su iglesia, que es su arca de seguridad”, dijo Wilson a la audiencia de 75 feligreses y sus amigos y vecinos. “No importa qué suceda esta próxima semana, jamás renuncien a su fe”.
Durante la tarde, Wilson visitó el exterior de concreto gris de la nueva iglesia adventista, un edificio de cuatrocientos metros cuadrados que también albergará la casa del pastor y una pequeña escuela. Wilson se detuvo a orar en lo que será el templo, que tendrá lugar para unas cien personas sentadas.
“Oramos por nuestros miembros de iglesia en esta ciudad. Oramos por el crecimiento que se está produciendo”, dijo Wilson. “Pedimos que continúen incrementando la feligresía, de manera que pronto este salón quede chico para albergar a todos los creyentes”.
25 miembros y en crecimiento. La Iglesia Adventista, que fue establecida en Irak en 1924, se formó en Erbil en 2012, cuando dos familias decidieron adorar juntas, dijo George Yousif, líder de la Iglesia Adventista de Irak. La iglesia ha crecido y actualmente cuenta con 25 miembros, y combina iraquíes con extranjeros, además de muchas visitas. Entre los extranjeros hay un ciudadano keniano que trabaja en Erbil como un importante funcionario del Programa de Alimentación Mundial de las Naciones Unidas, y un adventistas de tercera generación de Rumania que es dueño de una empresa de construcción.
La iglesia se reúne actualmente en un edificio alquilado, pero su crecimiento hizo que los líderes de la iglesia comenzaran a construir el nuevo edificio en octubre de 2014. Los problemas de liquidez del sistema bancario de Irak han retrasado indefinidamente la apertura que la iglesia había planificado para el 6 de febrero, pero Wilson, quien se encuentra en una gira de una semana por Oriente Medio, llegó por invitación de los líderes locales de la Iglesia Adventista.
“La gente es más importante que los edificios”, dijo Tibor Szilvasi, secretario ejecutivo de la Unión de Oriente Medio y Norte de África de la Iglesia Adventista, al presentar a Wilson antes del sermón. “Nos sentimos felices de que el pastor Wilson haya llegado”. La iglesia de Erbil apoya a personas desplazadas dentro de la región y alberga a dos familias desplazadas en el edificio alquilado. El año pasado, también brindó una comida a las fuerzas armadas kurdas, conocidas como las Peshmerga, durante la celebración musulmana de Ramadán.
“Les agradecimos por ayudar a proteger esta región”, dijo Yousif.
La Iglesia Adventista, que en Irak tiene unos cien miembros, ha luchado en años recientes para progresar en ese país de treinta millones de habitantes. Terroristas suicidas usaron como blanco en dos ocasiones la iglesia adventista de Bagdad, la capital del país, pero nadie salió herido y los daños a la propiedad fueron mínimos, dijo Yousif. La iglesia sigue congregándose, y los ministerios de niños y de mujeres se destacan por su actividad, expresó.
En otras partes de Irak, los creyentes adventistas se reúnen cada sábado en un salón alquilado de la ciudad de Kirkuk.
En Mosul, ubicada a solo treinta kilómetros de Erbil, la Iglesia Adventista posee dos templos pero aún no conoce su estatus desde que el Estado Islámico tomó la ciudad y la convirtió en su capital en Irak. Yousif dijo que la iglesia espera recuperar sus edificios algún día.
Wilson es el primer presidente de la Iglesia Adventista que visita Irak desde 1990, cuando Robert Folkenberg asistió a un encuentro especial de iglesias cristianas en Bagdad. El gobierno iraquí le dio diez lugares a la Iglesia Adventistas, e invitó a Folkenberg para que presidiera la primera sesión del encuentro, contó Basim Fargo, exlíder de la Iglesia Adventista en Irak.
Encuentro con un líder kurdo. En Irak quedan menos de trescientos cincuenta mil cristianos, lo que incluye los cien mil en Bagdad y en el sur, y otros doscientos cincuenta mil en Kurdistán, muchos de los cuales huyeron de la violencia en otras partes del país, le contó a Wilson Khalid Jamal Alber, un importante funcionario del ministerio de asuntos religiosos de Kurdistán, durante una visita oficial a su oficina el domingo. Unos cincuenta mil cristianos iraquíes han huido al Líbano, Turquía y Jordania, dijo.
Alber recibió a Wilson con la alfombra roja el viernes en el elegante aeropuerto internacional de Erbil, que fue construido en 2010 con una inversión de 550 millones de dólares. Un equipo de Ishtar TV, un canal satelital cristiano de Irak, siguió a Wilson durante los tres días de la visita.
A pesar de la relativa calma y prosperidad de Erbil, la electricidad suele presentar un problema para sus quinientos mil habitantes. Durante la reunión de Wilson en el ministerio de asuntos religiosos, las luces se apagaron abruptamente, dejando la oficina completamente a oscuras durante unos treinta segundos. La electricidad también se interrumpió en dos ocasiones durante el sermón del sábado de Wilson. Nadie pareció notar esas interrupciones, sin embargo, y las reuniones continuaron sin inconvenientes.
En el ministerio de asuntos religiosos, Wilson agradeció a Alber por los esfuerzos que hace Kurdistán para atender a los desplazados y le contó de las visitas que hizo a dos campamentos para cristianos en las afueras de Erbil. Un campamento posee baños construidos por la Iglesia Adventista de Irak con la ayuda de una donación de Adventist Frontier Missions, mientras que el otro cuenta con un centro infantil que ADRA comenzó a operar en enero.
“Esta es una de las mejores oportunidades que tienen de ayudar a que los niños tengan futuro y esperanza”, dijo Wilson. “La Iglesia Adventista seguirá ayudándolos con proyectos específicos. Creemos en lo que están haciendo”.
Wilson oró con Alber y le presentó una “Placa de Amor” de parte de la Iglesia Adventista, diciéndole que representaba el amor “que muestrán a la región de Kurdistán y el mundo”.
“Todos estamos trabajando en este ministerio como siervos”, replicó Alber, cuyas paredes en su oficina están adornadas con fotografías de él y los papas Franciso y Benedicto XVI. “Como expresa la Biblia, es mejor servir que ser servido. Ese es el lema de mi oficina”.
Este es también el lema que Wilson quiere que sigan los adventistas de Erbil. El presidente de la iglesia y su esposa coordinaron una presentación el sábado por la tarde sobre la “Participación Total de los Miembros”, una iniciativa de la iglesia mundial que anima que cada iglesia de los casi 19 de miembros de la denominación participe de manera activa en el evangelismo personal y la testificación. Se les pidió a los miembros de Erbil que hallen maneras de servir a sus vecinos, quizá ayudándolos a cargar las compras de las tiendas o visitando a los ancianos.
“Las cosas simples de la vida que puedan hacer son las más importantes”, dijo Wilson.