Hot! Observar felizmente el sábado

Puesto que Cristo dio el sábado para el hombre (Marcos 2:27), se entiende que ese día santo no debe ser obviado. Descuidar el sábado sería menospreciar al Creador que lo instituyó y lo dio a la raza humana para nuestra bendición. Dios ha prometido: “Yo honraré a los que me honran.” 1 Samuel 2:30.

 1. ¿Cuándo comienza y termina el sábado?

Génesis 1:5,8,13,14-19,23 y 31, evidencian que cada día completo empieza primero con la parte
oscura llamada noche y termina con la parte iluminada. La razón nos aclara que el séptimo día empieza a la puesta del sol del viernes y termina 24 horas después, a la siguiente puesta del Sol.

Nota: “Tarde”, palabra que se usa en la Biblia para señalar el comienzo de cada día, quiere decir según Marcos 1:32, La puesta del sol. De ahí que “tarde” y “puesta del sol» se usan con el mismo sentido en la Biblia. Eso se puede ver en Deuteronomio 16:6; 23:11; 1 Reyes 22:35,36 y 2 Crónicas 18:34. Un día completo de 24 horas está formado por la parte oscura y por la parte iluminada. En la Biblia la parte oscura antecede a la parte clara. El ocaso es la gran señal dada por Dios para indicar la división del tiempo en días.

2. ¿Qué día debe hacerse una preparación especial para santificar el sábado?
Cristo fue crucificado un viernes y a ese día el Evangelio de Mateo lo llama día de preparación:
“El día siguiente, que es después de la preparación, se juntaron los príncipes de los sacerdotes y los fariseos a Pilato.” Mateo 27:62.

Nota: Si no se hiciera antes una preparación el sábado en general no podría guardarse debidamente. La correcta preparación para recibir el día del Señor, permitirá más tiempo para entrar en el reposo físico y espiritual en ese día.

3. ¿Qué dice el mandamiento acerca del trabajo en sábado?
“El séptimo día será de reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna.” Éxodo 20:10.

Nota: Esto se refiere al trabajo que nos procura sustento y a cualquier otro trabajo secular que no este de acuerdo a la santidad del sábado.

4. ¿Es el sábado para nuestro propio placer y para nuestras palabras?
“Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus palabras; entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.” Isaías 58:13,14.

5. ¿Qué dice Dios de la compra y venta en el sábado?
Léase Nehemías 13:15-21 y 10:31, donde se observa que esas tareas no deben realizarse en sábado.

6. ¿Debe el sábado ser un día de adoración publica?
“Seis días se trabajará, y el séptimo día sábado de reposo será, convocación santa; ninguna obra haréis; sábado es de Jehová en todas vuestras habitaciones.” Levítico 23:3.

Nota: “Convocación” significa la llamada a reunirse, y usada en la Biblia se refiere a reuniones religiosas. Era la costumbre de Cristo ir a la iglesia los sábados. Léase Lucas 4:16. Y se nos alecciona a no dejar “nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre.” Hebreos 10:25.

7. ¿Que cosas pueden hacerse en sábado?
“Lícito es en los sábados hacer bien.” Mateo 12:12.

Nota: Jesús sanó al hombre de la mano seca en sábado (Lucas 6:6-11). El mismo día Jesús sanó al hombre que había estado 38 años enfermo (Juan 5:1-9). Con eso mostró Jesús que los actos de misericordia para aliviar el sufrimiento de sus criaturas están en armonía con la real observancia del sábado. Como principio general se puede decir que, lo que aumenta nuestro amor y aprecio hacia Dios, lo que ahonda el lazo de unión de Dios y el creyente, es apropiado hacer en sábado.

Conclusión
Isaías había profetizado que Cristo magnificaría la ley de Dios y la honraría (Isaías 42:21). Los judíos habían cargado el sábado con miles de reglamentos. La mayor parte de esas restricciones eran de factura humana y convertían al sábado en una carga. Cristo eliminó todas esas cargas y restauro el sábado a su debido lugar como día de culto, meditación y de hacer el bien.
Uno de los más sobresalientes aspectos de la obra de Cristo fue su obra de reforma sabática. El no cambió el sábado, pero si rechazó todas las tradiciones que lo rodeaban. Las bendiciones de observar este día santo las disfrutan sólo los que abrazan el sábado: “Bienaventurado el hombre que esto hiciere, y el hijo del hombre que esto abrazare; que guarda el sábado de profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal.” Isaías 56:2. Léase también Isaías 56:1-7.